ORIGINAL: El Colombiano
Por COLPRENSA | Publicado el 2 de abril de 2012
Entre enero y marzo los guardacostas capturaron a 43 pescadores ilegales. De 14 barcos, 13 eran ecuatorianos.
El kilo de tiburón azul (tollo) se vende a 8.000 pesos en Buenaventura, sus aletas cuestan entre 40.000 y 150.000 pesos según el tamaño. FOTO COLPRENSA |
La pesca ilegal en el Pacífico colombiano, adelantada principalmente por extranjeros, está poniendo no solo en riesgo a especies como el tiburón martillo, el tiburón azul (conocido como tollo) sino que se lleva entre sus redes a tortugas (en vía de extinción) delfines, rayas y peces marlin (de hocico puntiagudo).
El negocio ilegal mueve cada año en Colombia unas 200 toneladas de pesca. Lo dice el capitán de fragata William Palomino, comandante de Guardacostas del Pacífico.
Sólo en la región pacífica se ha incautado en el primer trimestre del año más de doce toneladas de pesca. Se retuvieron 14 embarcaciones (13 extranjeras y 1 nacional), 48 personas fueron capturadas.
El capitán de Fragata Palomino agrega que en el mundo el tráfico de pesca ilegal representa hasta 25.000 millones de dólares cada año, es decir, la tercera parte del presupuesto de Colombia.
Y es que si se mira en cifras el negocio que acaba la fauna marítima del país no es nada despreciable: unas aletas de tiburón, consideradas en Asia un plato exclusivo para bodas porque son símbolo de salud y de prestigio, pueden costar hasta 600 dólares.
En Colombia, los turistas de las zonas costeras pueden pedir en Semana Santa un sancocho de aletas de tiburón azul por 15.000 pesos.
Germán Soler, director de la Fundación Malpelo y Otros Ecosistemas Marinos, dice que la ballena Jorobada -que engalana el Pacífico colombiano desde mediados de año- también podría desaparecer.
La alta presencia de embarcaciones está ocasionando choques con los gigantes marinos y en algún momento podrían hacer que éstos migren a lugares menos perturbados por el hombre. Entonces, el turismo en Buenaventura se afectaría porque los porteños dejarían de recibir los cinco mil visitantes que llegan cada año.
Recurso sobreexplotado
La mayoría de los pescadores son ecuatorianos. Uno de ellos, quien fue aprehendido en un operativo en el Chocó, señaló que en su país hay tanta pesca industrial y artesanal que la producción va en descenso.
Según el capitán Palomino, en los países vecinos la demanda pesquera es tan alta que el recurso está sobreexplotado en un 85 por ciento.
Germán Caicedo, director de la fundación Stella Maris Casa del Marino, en Buenaventura, sostiene que el negocio no es lucrativo para los pescadores. "Ninguno de ellos tiene un Ferrari en el garaje de la casa. Es más, ni siquiera tienen casa, pero sí varias bocas para alimentar. El producido no les alcanzará siquiera para vivir quince días".
Caicedo sabe de qué habla porque también fue pescador. Ahora se dedica a velar por aquellos que son detenidos en prácticas ilegales o quedan a la deriva en aguas colombianas y son rescatados por guardacostas. "Esta gente es pobre y no tiene qué comer en un país extraño", sentencia para argumentar su labor.
El Gobierno identificó rutas
La ruta de los foráneos ilegales está definida y el Gobierno colombiano ya la detectó. Cristian Cadavid, abogado sustanciador de la Subdirección de Áreas Protegidas del Ministerio del Medio Ambiente, revela que los costarricenses bajan hasta la frontera con Panamá para ir directamente al Santuario de Flora y Fauna de la Isla de Malpelo.
"Ellos compiten en su área marina con los asiáticos ilegales y se ven obligados a buscar nuevas áreas de pesca", comenta Germán Soler , director de la Fundación Malpelo y Otras Áreas Protegidas.
Los ecuatorianos, parten casi siempre del puerto de Esmeraldas. Dice Cadavid que son naves que posiblemente tienen patente de pesca, pero que lideran pequeñas embarcaciones (nodriza).
Es decir, que desde las lanchas se pescan pequeñas cantidades que luego se llevan a un barco más grande.
José*, uno de los pescadores capturados en el Parque Nacional Natural Gorgona por los guardacostas y que ahora se encuentra en la Casa del Marino, contó que llegó a territorio colombiano huyendo de piratas.
"Todo estaba oscuro cuando pescamos la carnada. De repente sentimos una lancha que se acercaba y eran piratas que venían por los motores de nuestra lancha. Arrancamos sin saber para dónde coger y esa gente nos estaba persiguiendo hasta que logramos escapar. Cuando ya estaba de día sentimos que nos estaban sobrevolando y en cuestión de minutos llegaron los guardacostas", afirmó el hombre.
El Comandante de Guardacostas del Pacífico, señaló que esa versión no es cierta. Incluso, sostiene, que es el mismo argumento del 80 por ciento de los capturados en el corazón de las áreas de reserva natural colombianas.
"Estas personas son sorprendidas haciendo la actividad ilícita, cargando la red, con cientos de animales en las barcas", reiteró el alto oficial.
La versión del marino extranjero tampoco es aceptada por el abogado del Ministerio de Medio Ambiente quien agregó que la mayoría de los capturados son encontrados a más de 500 millas de Ecuador. "¿No es más fácil arrinconarse a la costa de su país para luego correr, o llegar al puerto más cercano que está en Guapi o Tumaco (Nariño)?".
No es coincidencia
Aunque los marinos capturados insisten en que su ingreso a Colombia es producto del miedo y el afán de salvar sus vidas, el capitán Palomino asegura que no es coincidencia que en el último año se hayan incautado barcos y lanchas que estén afiliadas a las mismas empresas.
En los registros aparece que la embarcación de bandera costarricense Panameña II ingresó a Malpelo en el 2008 y en el 2011. En el caso de Ecuador, en el último mes se han incautado las lanchas de nombre Derian V y Derian VIII.
Otro pescador capturado que acompaña a José dice que si bien estaban pescando, ¿cómo hacen para saber si el tiburón u otro animal se cogió en área protegida? "Los peces no son como nosotros que están siempre en un mismo lugar. Ellos no conocen de barreras".
Sí. Los peces no tienen fronteras que dividan su territorio, pero el hombre sí. El abogado Cadavid, que enfrenta los procesos contra los marinos que realizan prácticas ilegales, dice que las especies son migratorias, pero la cantidad o el tamaño de los peces que son incautados revelan en qué áreas del Pacífico fueron capturadas.
Por ejemplo, explica que si un barco atunero se posa sobre inmediaciones de la Isla de Malpelo, donde hay reproducción, desovamiento y alimentación de peces, es más fácil que se cargue con cientos de toneladas, que en cualquier otra zona del Pacífico.
Las fundaciones que velan por las áreas protegidas están analizando el ADN de las especies que se encuentran en esas zonas y cuando se hacen capturas en barcos y en las mismas pescaderías se adelanta una comparación para descubrir si se trata de la misma familia de peces.
El capitán Palomino dice que la Armada va a continuar ejerciendo la soberanía nacional para garantizar la reserva alimentaria porque en algún momento el país va a tener que volver sus ojos al océano para alimentarse n
* Nombre cambiado por petición de la fuente.
CLAVES
PROTEGER LAS ESPECIES
- Las áreas protegidas son apetecidas por los extranjeros por su abundancia de especies.
- La CVC adelanta proyectos autosostenibles con las comunidades afro, en el Pacífico.
- En 2000 casi todas las incidencias de pesca ilegal eran de colombianos ahora son casi cero.
- La pesca de tiburón no es ilegal en el país. Se prohibe es cortarles las aletas y dejarlos ahogar.
- El caso más grave en el país es el de los 2.000 tiburones pescados por costarisences.
ANTECEDENTES
NO HAY LEYES CLARAS EN EL PAÍS
"En Colombia las leyes ambientales todos se las pasan por la faja", sostiene Manuel Bedoya, presidente de la Asociación Nacional de Pescadores Artesanales de Colombia. Dice que desde hace un año el Incoder, que se encarga de otorgar permisos o establecer sanciones en la actividad pesquera, fue desmembrado y ahora hay una nueva unidad que no arranca.
El abogado Cristian Cadavid, señala que si las capturas son fuera de área protegida le compete al Incoder si son en área protegida procede a Parques Naturales. Si los capturados son extranjeros, el proceso es más lengo.
ESCENA
RUTINA DE UN PESCADOR ILEGAL
Salen en la mañana cuando todavía el sol está calentando el otro lado del planeta. En sus embarcaciones (principalmente lanchas pequeñas) cargan hielo y combustible. La provisión debe alcanzar, máximo, para cinco días, tiempo que durarán en alta mar. Salen de Ecuador y se alejan 30 millas. Cargan la carnada y luego se alejan a aguas más profundas para comenzar con el verdadero banquete.
Después de pasar varios días en alta mar regresa a casa para entregar el producido a un jefe que distrubuye los peces en el mercado local o internacional.
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