viernes, 20 de enero de 2012

La aleta tiene en riesgo al tiburón

ORIGINAL: El Colombiano
Juliana Eusse Guerra | Medellín | Publicado el 20 de enero de 2012

Cortesía | A las embarcaciones con dos costarricenses y seis nicaragüenses hallados pescando de manera ilegal el miércoles cerca a Malpelo, se sumó ayer el hallazgo de otra embarcación ecuatoriana con tres tripulantes cerca a Charambira, Chocó.

Tras las denuncias de Sandra Bessudo, sobre el sacrificio de más de 2.000 tiburones cerca a Malpelo, la Armada Nacional intensificó los operativos en las aguas del Pacífico colombiano.

Quizás un chino de Shenzhen o Beijing que decida comer hoy al medio día un plato de sopa Yuchi, hecha con aleta de tiburón, no sepa el daño ambiental que se produce al otro lado del planeta para que él disfrute de esta comida, considerada en otros tiempos manjar exclusivo de emperadores.

Pero en Colombia sí sabemos lo que significa ese crimen contra la fauna marina, en especial en días recientes por las denuncias de caza de tiburones en Malpelo.

Ayer, en aguas del Pacífico, una embarcación -la cuarta en dos días- fue descubierta mientras pescaba de manera ilegal.

Esta vez fue una embarcación artesanal de bandera ecuatoriana, la que fue interceptada a unas 72 millas náuticas al oeste de Charambira, en Chocó.

La embarcación fue retenida por la aparente violación de fronteras para la explotación o aprovechamiento de recursos naturales y por ilícita actividad de pesca, según la legislación colombiana, informó la Armada Nacional.

El miércoles fueron detenidas tres naves de bandera costarricense con 13 personas en su interior, que ayer fueron puestos a disposición de un fiscal de Buenaventura, quien determinará si serán procesados en el país o deportados.

El pesquero, al igual que las otras tres embarcaciones retenidas, se pondrá a disposición de la Capitanía de Puerto. El material decomisado, después de su respectivo pesaje, será entregado al Instituto Colombiano para el Desarrollo Rural (Incoder), mientras la tripulación a la autoridad migratoria.

Una práctica sangrienta
Atrapar a los tiburones y cortarles sus aletas para tirarlos de nuevo al mar, es la manera como estos pescadores ilegales atentan contra la fauna marina colombiana, y ocasionan un daño ambiental grave, todo, con el fin de satisfacer el insaciable apetito de países como Japón, Singapur, Corea del Sur y China, donde la sopa Yuchi es una exquisitez. Organizaciones ambientalistas del mundo, calculan que unos 79 millones de tiburones son sacrificados al año para abastecer este voraz mercado.

El contralmirante Rodolfo Amaya, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, entregó un balance satisfactorio al dar captura y entregar a las autoridades competentes los tripulantes de estas cuatro embarcaciones. "Nosotros estamos haciendo control del tráfico marítimo de las aguas colombianas, con presencia periódica en 339 mil kilómetros cuadrados de aguas del país", dijo.

Según Amaya, cerca de una tonelada por embarcación -entre atún, dorado y unos 35 tiburones-, fue hallada en estas naves.

Los hallazgos de la Armada ocurrieron luego de la denuncia que hizo ayer la alta consejera para la Biodiversidad de Colombia, Sandra Bessudo, quien indicó que recientemente cerca de 2.000 tiburones habrían sido sacrificados en barcos extranjeros cerca a Malpelo.

"Teniendo en cuenta las maniobras y métodos de pesca que utilizan, en cada faena habrían matado unos 200 tiburones, y si eran unos diez barcos, el cálculo podría ser de unos 2.000 tiburones muertos, muchos de ellos encontrados en el fondo del mar sin sus aletas", dijo.

» Contexto

Hay 35 especies diferentes
Paola Andrea Mejía, investigadora de la Fundación Squalus, señala que no existe una determinación real de los niveles de amenaza de las especies de tiburones en el Pacífico colombiano, pero actividades como la pesca en áreas protegidas o en zonas de crianza son peligrosas para el sostenimiento de las poblaciones.

Además, la pesca ilegal de embarcaciones extranjeras, algunas de las cuales pueden extraer grandes volúmenes de estas especies, ha existido por muchos años, lo cual puede haber generado una reducción poblacional significativa, pero que por falta de investigación y control no puede ser cuantificada.

"En el Pacífico colombiano existen al menos 35 especies de tiburones, siendo las más apetecidas para el comercio los tiburones martillo, los tiburones zorro, el silky, el tiburón de Galápagos y los tiburones costeros, conocidos como toyo vieja, sin muelas o violines", indicó Mejía.

Frente al tema del control y la sanción de estas prácticas de pesca ilegal, la investigadora apunta que "las normas colombianas deberían fortalecerse; las multas deberían ser muy altas y las sanciones ejemplares, para que se siente un precedente".


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