por Pedro Correa Ochoa - UdeA Noticias
24 de august de 2012
En la Facultad Nacional de Salud Pública se pronunciarán los académicos del área de la salud para discutir sobre la crisis que vive ese sector en el país. UdeA Noticias habló con Álvaro Cardona, decano de esa Facultad, sobre la crisis y el propósito del encuentro.
Álvaro Cardona, decano de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. |
El 6 y 7 de septiembre los centros universitarios, de investigación y de seguimiento a la salud, se reúnen para sentar su posición sobre la crisis que vive este sector en Colombia. En la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, abordarán temas espinosos. La intermediación financiera, la pertinencia de la continuidad de las EPS, la posibilidad de una reforma a fondo del sistema de salud, conceptos de filosofía política, indicadores y la atención en salud que están recibiendo los colombianos, serán expuestos por directivos e investigadores.
UdeA Noticias habló con Álvaro Cardona, decano de esa Facultad, sobre la visión que la academia tiene de esta crisis y del objetivo del encuentro que planean.
La crisis de la salud está en boca de todo el país, ¿qué piensa la academia de esta situación?
A mi juicio, la opinión de la academia se resume en 3 puntos. Primero, que esta crisis es incontrastable y cada día se profundiza más. De otra parte, el país está demandando que el Gobierno Nacional dé una solución a fondo al sistema de salud y que no se sigan adoptando medidas de tipo superficial que no alcanzan a afectar las razones de peso de la crisis. La tercera situación evidente para el mundo académico, es que hay ya una muy generalizada demanda para que el sistema de salud sea estructurado bajo el concepto de que la salud es un derecho humano fundamental y no un campo para el negocio ni para la acumulación de capital.
¿Esas tres visiones son una radiografía de la gravedad de esta crisis?
Hay investigaciones académicas que demuestran que los colombianos no están siendo atendidos oportunamente, que hay múltiples mecanismos de evasión de la atención de las personas, que hay grandes inequidades en la prestación de servicios de salud y que esas inequidades se agudizan en la población que tiene condiciones económicas más desfavorables. Además, hay indicadores muy claros de salud pública, señalados por muchos investigadores, que demuestran que la tasa de tuberculosis en Colombia es alta; que tenemos altas tasas de enfermedades prevenibles; que hay mortalidad materna, que no tendría por qué haberla en zonas urbanas; y que tenemos evidentes retrasos en la atención, que están llevando a los colombianos al deterioro de su salud e incluso a la muerte.
Pareciera evidente la falta de voluntad política para detener esto…
Hay esa percepción de que es así. Muchas investigaciones han demostrado que la intermediación financiera ha sido muy dañina. Esa intermediación está a cargo de las EPS, en las que cada vez más se concentra el interés de los grupos financieros del país. Por tanto, lo que sugiere el mundo académico frente a esto es la necesidad de que desaparezca esa intermediación y se opte por mecanismos que garanticen la prestación de los servicios de salud.
¿Esa intermediación se opone a la salud como derecho?
La mayoría de la población considera hoy que la salud debe ser un derecho fundamental. Eso se basa en las expresiones cotidianas de los ciudadanos, las organizaciones, instituciones y grupos de pacientes. Además, es una tendencia generalizada en el mundo. En muchos lugares se reconoce que es el Estado el que debe tutelar ese derecho a la salud.
En esa pugna entre el interés económico y el derecho, el Estado es quien sostiene la balanza. ¿Hay una salida posible?
Ahí está el centro del debate. Precisamente ese es un tema de filosofía política: ¿cómo piensa la sociedad que debe actuar el Estado frente a las necesidades de la sociedad? Lo que se debate es si debemos tener un Estado que sea el garante de ese derecho fundamental, que es por lo que se inclina la mayoría de la población. El otro concepto, que también es de filosofía política, considera que el Estado debe reducirse a garantizar los mecanismos del mercado y a proteger la vida y la propiedad privada de las personas.
¿Pero hay un reclamo generalizado para que sea el primer concepto?
Por lo menos en la salud, la balanza se está inclinando para que sea el Estado el responsable de ese derecho. Es tanto así que recientemente hubo un debate en el Congreso de la República, que evidencia que los parlamentarios consideran que la crisis es tan profunda que no puede seguir siendo asumida con decisiones secundarias. El Gobierno Nacional debería tomar en cuenta la opinión pública. El problema es que eso implica tocar los intereses de los grandes grupos financieros que soportan el sistema de salud. Y el sector salud mueve en el país unos 44 billones de pesos al año.
Esa es una cifra que uno ni alcanza a visualizar, ¿es decir que el problema no es de plata, sino de intereses?
Las investigaciones han llevado a conceptuar que no nos hacen falta recursos. Hace falta una buena organización del sistema de salud, que se excluya la intermediación financiera y se reconstituyan las estructuras estatales, protegiéndolas de vicios como la corrupción, la ineficiencia y el clientelismo político. Corrigiendo esas situaciones y haciendo esfuerzos por corregirlas permanentemente, podría prestarse una buena atención con los recursos que se disponen. Ese es el concepto generalizado en la academia.
Esta bomba va a explotar y cada nuevo gobierno la ha venido inflado, ¿dónde se originó esta crisis?
Esa crisis se originó en la concepción de mercado que animó la Ley 100 de 1993, que fue saludada con mucho entusiasmo por muchos en el país, pero que con el transcurrir de los años fue mostrando claramente lo nocivo que fue haber introducido ese tipo de concepto en la ley. Los efectos de largo plazo, después de casi 20, son los que estamos viviendo.
La academia también ha formado a los profesionales del sector de la salud, ¿qué responsabilidad tiene en esta crisis?
Si hablamos de responsabilidades, esta es una responsabilidad de todo el colectivo nacional que acogió los conceptos fundantes de la Ley 100. No me cabe duda de que en ese momento el sector académico permaneció muy callado frente a la situación y no se pronunció ni participó como debió ser en los debates. Pero hay que considerar que en ese momento el país vivía una ola de violencia. No era fácil dar el debate. Eso costó la vida de varios académicos destacados. Sin embargo, por fortuna, la academia ha venido recuperando una actitud afín a su responsabilidad social. Desde la propuesta de decretos de emergencia social del Presidente Álvaro Uribe, hubo una gran movilización académica que ha seguido dándose. Hoy continúa.
¿Una buena muestra de ello es el Encuentro Nacional de Académicos de la Salud que realizarán el 6 y 7 de septiembre?
Así es. La idea es pronunciarnos, con toda libertad, sobre lo que está ocurriendo y que expresemos nuestras propuestas. Solicitaremos que el Gobierno Nacional haga un diálogo sostenido con los académicos de la salud para que podamos encontrar alternativas. Es una oportunidad para que se rompa esa actitud negativa del Gobierno, de negarse al diálogo con la academia.
¿Quiénes participarán?
Estarán invitados a participar los ciudadanos y las organizaciones de todo tipo, pero quienes expresarán las opiniones, mediante conferencias, serán los directivos de las distintas dependencias académicas que asistan. Es una manera de decir cuál es la opinión de la academia del país. También hemos invitado a los grupos de investigación y a los grupos de seguimiento, uno de ellos Así vamos en salud, que es una agrupación de instituciones académicas de la cual es socia la Universidad de Antioquia y lleva la vocería la Facultad Nacional de Salud Pública.
Este es un campo espinoso, que compromete muchos ámbitos, ¿qué impacto real tendrá el Encuentro, más allá de hablar sobre el tema?
La responsabilidad que le queda a la Universidad es pronunciarse a través de sus investigaciones. De ahí en adelante, la responsabilidad es de los decisores políticos, de cómo actúan frente a la opinión de la academia, que siempre debería ser respetada en el país. Creo que una de las grandes falencias de Colombia es la poca consideración que los políticos han tenido frente a la academia. Eso no ocurre en otros países. Por eso esperamos que el gobierno diálogue con los académicos a partir de los pronunciamientos que surjan del Encuentro.
Sobre el Encuentro
Estas son las instituciones que convocan:
- Facultad Nacional de Salud Pública - Universidad de Antioquia
- Facultad de Medicina - Universidad de Antioquia
- Programa Interfacultades Doctorado en Salud Pública - Universidad Nacional de Colombia
- Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina - Universidad Nacional
- Departamento de Salud Pública - Universidad Industrial de Santander
- Escuela de Salud Pública. Facultad de Salud - Universidad del Valle
- Posgrados en Administración de Salud - Pontificia Universidad Javeriana
- Facultad de Medicina. Grupo de Estudios en Salud Pública - Universidad de los Andes
- Facultad de Medicina - Universidad Libre de Cali
- Departamento de Salud Pública - Universidad del Norte
Programa Así Vamos en Salud
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