ORIGINAL: El Espectador
Por: Lisbeth Fog
12 Sep 2012 - 9:29 pm
Entrevista con el nuevo director de la entidad
Carlos Fonseca asegura que para enderezar al departamento administrativo se necesita la reelección de Santos. Acepta que el suyo fue un nombramiento político y propone que cada ministerio destine 1% de su presupuesto para el sector.
El nuevo director de Colciencias, Carlos Fonseca, fue viceministro de Ambiente y director del Ideam. / David Campuzano
El nuevo director de Colciencias realmente es un hombre lleno de ideas. Ideas que, si llegan a ser una realidad, le darán un giro de 180 grados a la política de ciencia, tecnología e innovación del país.
En un momento en que la comunidad científica tiene los ojos puestos en su gestión al mando de una institución que está “fracturada” y que a juicio de los investigadores ha perdido el rumbo, El Espectador habló con el ingeniero Carlos Fonseca sobre su propuesta.
Asume la dirección de Colciencias en un momento difícil. Tiene varios retos, entre ellos reestructurar la entidad, ampliar la nómina de empleados con sueldos atractivos para contratar profesionales idóneos y el 10% de las regalías para ciencia, tecnología e innovación (CTI).
¿Por dónde va a empezar?
Hay que empezar por los tres. Colciencias debe tener en su estructura una unidad de pensamiento estratégico, que piense, proponga y lidere, porque si no tiene cerebro, o lo tiene contratado por fuera, no tiene sentido. Deberá tener una dirección de internacionalización —no una oficina asesora—, otra de regionalización —que conozca las regiones en su geografía y su cultura— y otra que construya con los ministerios agendas sectoriales de CTI. Habrá que crear una dirección de la sociedad civil organizada, que tomará entre sus tareas la ciencia para la paz, porque la paz tiene que tener un respaldo científico. Esta unidad trabajará la innovación social.
Vamos por partes: ¿cómo será la estrategia para que los ministerios se unan a Colciencias?
No es que se unan a Colciencias; Colciencias se unirá a ellos. Trabajaremos con cada uno de los ministerios para armar agendas sectoriales y nuestra meta es proponer que dentro de sus presupuestos destinen el 1% para ejecutar proyectos de CTI, con la garantía de que de esa inversión resulte un 2% en ventajas y en ahorro.
Eso significaría seguir aumentando el presupuesto para la ciencia y la tecnología. ¿Y Colciencias?
Para 2012 Colciencias tiene $343.000 millones, que suben a $370.000 millones en 2013. Proponemos tres cosas: 1. Están discutiendo en este momento la ley de presupuesto. ¡Por favor, logremos que el 1% de los presupuestos de todas las entidades quede para CTI! 2. Dentro de las regalías (aparte de las que se destinan a CTI) se dejó un 20% de ahorro fuera del país. ¡Qué mejor ahorro en inversión que capital humano! Si sacamos una franja para cubrir becas internacionales de doctorado, nos libera automáticamente una buena suma porque hoy el 63% del presupuesto de Colciencias es para becas. 3. Los industriales han demostrado en los últimos dos años que están invirtiendo más en CTI. Está bien, pero necesitamos que inviertan aún más. Si invertimos el 1% en cada uno de los sectores y les demostramos a los empresarios e industriales las ventajas, ellos también verán los resultados.
Sigamos con los retos: la gente que trabajará con usted.
No creo en la división “ciencia y tecnología” por un lado e “innovación” por el otro. Ninguno de los directores puede pensar solamente en innovación o sólo en ciencias básicas, porque eso es transversal. Tenemos que tener un tren bala, lo que quiere decir que cada director tiene metas y, como en una compañía privada, tendrá que vender ideas y propuestas, trabajar con todos los sectores. Serán profesionales capaces de entender a profundidad lo que plantean los científicos, pero también de hacer el análisis de costo-beneficio, del retorno social. Sacaremos a concurso la mayoría de puestos. Los funcionarios que están dentro de la entidad van a participar, pero reeducándose, porque están acostumbrados a lo pasado y lo pasado es una entidad que no responde a la actualidad del país.
Otro reto: el 10% de las regalías que se destinará a ciencia, tecnología e innovación.
Haberse jugado la ciencia con base en necesidades básicas insatisfechas permite cambiar la ecuación de poder: antes nadie pensaba en un municipio pobre de Córdoba para hacer CTI; hoy, las universidades de Bogotá tendrán que salir y buscar a las regiones, y las regiones tendrán la capacidad de ser más selectivas, aprenderán a construir redes para usar la CTI en la mejora de sus condiciones de vida. Vamos a generar una dinámica de cooperación incluyente en el conocimiento y todos nos vamos a beneficiar con su aspecto redistributivo. Lo que es clave en ese proceso son los ejercicios de identificación y priorización que deben hacerse en los consejos departamentales de ciencia, tecnología e innovación, en los que trabajaremos mucho para que sean participativos, estratégicos, visionarios y prospectivos. No podemos caer en lo tradicional y convencional.
Colciencias perdió el liderazgo. ¿Cómo volverlo a posicionar?
Colciencias tuvo un liderazgo relativo porque todos eran chiquitos, entonces podía ser líder. Pero la realidad ha avanzado más rápido con los TLC, la globalización y el cambio climático, y Colciencias no supo leerlo. Se quedó sin cerebro.
Tiene metas para seis años. ¿Eso qué significa?
Tenemos la obligación de mostrarle al país victorias tempranas y lo haremos porque hay suficiente acumulación de conocimiento que está listo para salir. Pondremos a disposición del país todo lo que hay de ciencia que se pueda demostrar, que tenga una ventaja, que sea más productivo.
Pero, ¿por qué seis años?
Porque el presidente tiene que repetir, si no, no alcanzamos. Yo creo que es en serio lo que está proponiendo: cuando ha propuesto la paz, se logran muchas cosas en dos años, pero después hay que terminarla de construir. Creo en la ciencia para la paz, para la sostenibilidad, la inclusión, la competitividad y la productividad.
¿Llega a la dirección de Colciencias como cuota política del Partido Verde?
Llego por el Partido Verde, que no es de izquierda ni de derecha sino un partido de futuro. Lo que es importante entender es que, precisamente porque llego así, de manera explícita, tengo la gran oportunidad de que haya control social. La verdad es que desde hace algún tiempo Colciencias tenía algo de politiquería que no era explícito. Pero ahora queremos que la sociedad nos juzgue. La instrucción que tengo de las directivas es que el mejor negocio para el partido es que lo haga impecablemente.
¿Colciencias cambiará de sede?
Es un secreto que va a gustar mucho. Lo moveremos muy cerca de las universidades más importantes del país.
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