ORIGINAL: Semana
24 mayo 2013
Las células cancerígenas podrían ser 'reeducadas' gracias a un componente de la dieta mediterránea.
24 mayo 2013
Las células cancerígenas podrían ser 'reeducadas' gracias a un componente de la dieta mediterránea.
La apigenina está en el perejil, el apio y la manzanilla, entre otras frutas y vegetales. |
Investigadores de la Universidad de Ohio, en Estados Unidos, descubrieron que esta especie de "kriptonita" llamada apigenina -presente en el perejil, el apio y la manzanilla, entre otras frutas y vegetales- debilita las células del cáncer.
Al alterar un paso específico en la regulación del gen, este compuesto reeduca las células cancerígenas en células normales que eventualmente mueren.
"Creo que lo más importante de nuestro trabajo es que a diferencia de un fármaco, los compuestos que están en una dieta ayudan a restablecer un balance en la célula dirigiéndose a muchos compuestos celulares", explicó Andrea Doseff, codirectora del estudio.
El equipo pudo identificar 160 moléculas dentro de una célula humana asociadas a la apigenina. Esto permite, según el estudio publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), restablecer un balance que hace que una célula cancerígena sea susceptible a fármacos que posiblemente antes no podían ser efectivos.
Buenas y malas Este hallazgo representa un avance en lo que sabemos sobre los beneficios de los micronutrientes, pues mucho de lo que se conoce hasta ahora está basado en estudios epidemiológicos que muestran una relación positiva entre ingerir comidas específicas y una vida más saludable.
La apigenina afecta a un repertorio de proteínas de una célula humana y las hace más accesibles. "Lo que no se sabía hasta ahora es que un compuesto en una comida puede cambiar qué tipo de proteínas expresamos en una célula".
Al alterar un paso específico en la regulación del gen, este compuesto reeduca las células cancerígenas en células normales que eventualmente mueren.
"Creo que lo más importante de nuestro trabajo es que a diferencia de un fármaco, los compuestos que están en una dieta ayudan a restablecer un balance en la célula dirigiéndose a muchos compuestos celulares", explicó Andrea Doseff, codirectora del estudio.
El equipo pudo identificar 160 moléculas dentro de una célula humana asociadas a la apigenina. Esto permite, según el estudio publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), restablecer un balance que hace que una célula cancerígena sea susceptible a fármacos que posiblemente antes no podían ser efectivos.
Buenas y malas Este hallazgo representa un avance en lo que sabemos sobre los beneficios de los micronutrientes, pues mucho de lo que se conoce hasta ahora está basado en estudios epidemiológicos que muestran una relación positiva entre ingerir comidas específicas y una vida más saludable.
La apigenina afecta a un repertorio de proteínas de una célula humana y las hace más accesibles. "Lo que no se sabía hasta ahora es que un compuesto en una comida puede cambiar qué tipo de proteínas expresamos en una célula".
"Tienes proteínas que pueden estar en una forma buena, y las mismas proteínas pueden tener diferencias que la hacen malas. Lo que descubrimos es que esta apigenina se une a la ribonucleoproteína y cambia el repertorio de las proteínas, convirtiendo a una célula con repertorios cancerígenos a lucir como una célula con repertorios no cancerígenos", explicó Doseff.
La experta aclara que su estudio de laboratorio no quiere decir que con comer apio o perejil se pueden matar a las células cancerígenas.
"Lo que nos permite es cambiar la forma en la que pensamos los compuestos de las comidas y sus diferencias con un fármaco", agrega.
Súper compuesto
El equipo de Doseff decidió investigar este compuesto porque sabían que era un potente antiinflamatorio y anteriormente habían determinado sus beneficios para las leucemias.
"La ventaja es que este compuesto ya está presente en dietas que la gente está comiendo mucho porque tiene beneficios cardiovasculares", explica la especialista.
A partir de esta investigación, expertos podrían determinar cómo se pueden modificar las comidas de una manera funcional para poder incrementar la cantidad de apigenina accesible para nuestro cuerpo.
"¿Cómo hacemos para que algo que sabemos que es bueno lo podamos tener en una cantidad que realmente llegue grado de hacerlo eficaz para nuestra salud?", se pregunta la especialista.
Los suplementos podrían ser una manera, aunque cabría determinar si se metaboliza de la misma forma que un alimento.
La investigadora explica que en la nutrición hay un balance, por lo que "la apigenina es una criptonita que necesita nuevas criptonitas que están por descubrirse".
Doseff considera que al saber cómo actúan los compuestos, se puede acelerar la implementación de mejores terapias y realizar una intervención preventiva.
COMENTARIO:
Señores Semana les falto colocar que en el grupo de investigación esta un Colombiano. Daniel Arango.
http://researchnews.osu.edu/archive/apigenin.htm
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