ORIGINAL: Alianza Por El Agua
Alianza por el Agua |
Líderes empresariales globales, financieros, del desarrollo y la conservación anunciaron una nueva asociación para proteger recursos hídricos amenazados a lo largo de América Latina y el Caribe.
En una ceremonia de lanzamiento donde el anfitrión de honor fue el Embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhan, The Nature Conservancy (TNC), la Fundación FEMSA, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo para el Medio ambiente Mundial (FMAM), anunciaron la Alianza Latinoamericana de Fondos de Agua (ALFA), a través de la cual se busca proteger casi 3 millones de hectáreas de cuencas de agua en Ecuador, Colombia, Perú, Brasil, México y otros países.
Los páramos, bosques nublados, selvas tropicales e incluso los desiertos y los bosques secos, nos proveen del agua necesaria para nuestras vidas. Estos ecosistemas capturan, retienen, filtran y suministran vastas cantidades de agua dulce. Además de brindar agua limpia a las personas, estos sitios son el hábitat de una rica diversidad biológica en todo el planeta.
Sin embargo las cuencas del mundo enfrentan serias amenazas ocasionadas por la contaminación, el desarrollo y el cambio climático. Cuando estos recursos naturales se degradan o desaparecen, millones de personas quedan expuestas al riesgo de la enfermedad y el hambre por falta de agua limpia. Las economías también se ven amenazadas cuando sectores, como por ejemplo el de la caña de azúcar o el manufacturero, no pueden producir sus bienes por no contar con una oferta suficiente de agua limpia.
Según la Organización de las Naciones Unidas, más de 77 millones de personas en América Latina no tienen acceso a agua limpia.
“Los Fondos de Agua ofrecen un triple beneficio a las empresas, las comunidades y la naturaleza”, dijo Mark Tercek, presidente y Director General de TNC. “Al invertir en infraestructura verde, como en los bosques o los ríos, las compañías y empresas administradoras del agua ahorran dinero en la construcción de infraestructura gris, como serían los sistemas de filtración. Las comunidades se benefician a través de la generación de ingresos sostenibles y la oferta de agua limpia, además de que los sistemas naturales se protegen y mantienen como hábitat para la vida silvestre al mismo tiempo que nos proporcionan agua limpia”, señaló.
“Un componente clave de la Alianza que estamos lanzando hoy es el compromiso de fortalecer el concepto de los Fondos de Agua por medio de investigación científica rigurosa”, dijo Luis Alberto Moreno, presidente del BID. “Vamos a elegir un número pequeño de cuencas en las cuales evaluaremos y perfeccionaremos las técnicas de conservación relacionadas con la cantidad y calidad del agua. Y sólo después implementaremos una estrategia que permita replicar esas técnicas en un número mucho mayor de ciudades y países”, agregó Moreno.
Un fondo de agua es una forma innovadora de pagar por los servicios que aporta la naturaleza y reinvertir ese dinero en la conservación. Debido a que una cuenca sana minimiza los costos de tratar el agua, los fondos atraen contribuciones voluntarias de los grandes usuarios del agua cuenca abajo, como los acueductos, las hidroeléctricas o las industrias. Las utilidades de estas inversiones se asignan a preservar las tierras esenciales cuenca arriba que filtran y regulan la oferta de agua, a través de actividades como la reforestación, el ecoturismo y el monitoreo de los flujos de agua. Los Fondos de Agua también ayudan a crear incentivos para que se generen oportunidades económicas verdes que impactan positivamente sobre las comunidades locales, como por ejemplo la ganadería sustentable.
TNC comenzó a trabajar con Fondos de Agua en 2000, cuando se unió a otros socios de los sectores público y privado para crear el primer Fondo de Agua en Quito, Ecuador. El proyecto comenzó con una inversión de apenas $21,000 dólares y creció hasta $10 millones en solamente una década. El interés generado por el fondo—alrededor de $900,000 dólares anuales—se invierte exitosamente en acciones de conservación local para proteger la biodiversidad. Hoy existen 5 fondos en Ecuador que han ayudado a proteger más de medio millón de hectáreas y han beneficiado a más de 2 millones de usuarios de agua cuenca abajo. En Colombia y Brasil también se han creado Fondos con resultados similares.
Fundación FEMSA, el BID y el FMAM se han unido ahora TNC para crear la primera iniciativa sobre Fondos de Agua a nivel mundial que compromete a los sectores público y privado con la sociedad civil, compartiendo una visión común: preservar las cuencas sanas.
The Nature Conservancy (TNC), Fundación FEMSA, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), se unen para crear ALFA, compartiendo una visión común para el futuro: preservar las cuencas sanas y ayudar a proteger importantes fuentes de agua en América Latina, con la conservación ambiental y el crecimiento sostenible como valores eje.
ALFA incorpora inversiones por más de $27 millones de dólares para crear, implementar y capitalizar al menos 32 Fondos de Agua en América Latina y el Caribe, contribuyendo a la conservación de casi 3 millones de hectáreas de cuencas, que a cambio podrían beneficiar hasta a 50 millones de personas.
“Es la escala del modelo de la Alianza lo que la hace tan interesante”, dijo José Antonio Fernández, Director General de FEMSA y Presidente del Consejo de la Fundación FEMSA. “Podremos beneficiar a millones de personas en Brasil, México, Colombia y otros países latinoamericanos en solamente 5 años. También es una forma sólida de crear valor económico y social al mismo tiempo, y dejar un legado para las generaciones futuras, que son el núcleo de nuestra filosofía”, concluyó.
Las empresas privadas y administradoras del agua están invirtiendo en los Fondos porque después de hacer cálculos se han percatado de que los mecanismos son efectivos en cuanto a costos para asegurar una mayor calidad y cantidad de agua para los productos y servicios que ofrecen a sus usuarios.
Los socios de la Alianza esperan que en la medida en que más actores reconozcan los beneficios de los Fondos, también se comprometan a trabajar a favor del agua y de las cuencas de América Latina, a favor de la naturaleza y de la gente. La expectativa es que este modelo de conservación de cuencas se pueda adaptar y replicar a otras regiones del mundo como una herramienta para enfrentar retos globales que se traduzcan en una mayor escasez de agua, como es el cambio climático. Estos esfuerzos ya están encaminados en Estados Unidos, las islas del Caribe y de África.
La Alianza mira la próxima Cumbre Mundial de Río +20—a realizarse en tan sólo un año—como una oportunidad de incrementar la escala de este mecanismo innovador.
Fuente: iAgua.es (Vía Banco Interamericano de Desarrollo)
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