Rectores universitarios manifestaron su inconformidad
Colciencias canceló una convocatoria que emplearía a varios doctores en universidades y empresas del país. La institución dice que reinvertirá el dinero comprometido en formación
Colciencias canceló una convocatoria que emplearía a varios doctores en universidades y empresas del país. La institución dice que reinvertirá el dinero comprometido en formación
Durante el primer año Colciencias pagaría hasta $6 millones del salario del investigador. / 123rf |
Yuley Cardona se acaba de graduar como Ph.D. en ciencias atmosféricas y oceánicas de Georgia Tech en Estados Unidos. Estudió corrientes marinas y los efectos del derrame de petróleo de BP en el golfo de México y la desembocadura del río Mississippi.
Después de más de cinco años en el exterior, tanto Esteban como Yuley tienen ganas de volver a Colombia a aplicar lo que aprendieron. La oportunidad de oro parecía ser la convocatoria 617 de Colciencias, que buscaba atraer doctores al país para vincularlos con empresas, universidades y centros de investigación.
Esteban y Yuley esperaron la convocatoria desde principios de este año. Cuando llegó el 30 de mayo y conocieron los términos, empezaron a tocar puertas en Colombia para presentar sus propuestas. Pero cuando ya tenían socios colombianos y se encontraban en pleno desarrollo de sus proyectos, Colciencias les cerró las puertas. El capítulo de inserción laboral fue cancelado restando aún la mitad del tiempo para el cierre de la convocatoria. La razón fue una presunta falta de interés de la comunidad académica.
Colciencias ha realizado esfuerzos inmensos formando doctores en el exterior, pero para ellos no es fácil encontrar trabajo al volver. Hay pocos puestos para Ph.D. en la industria, por lo que la universidad se convierte en su empleador natural.
“Si no es la academia, no hay de otra”, dice Esteban, y agrega que a pesar de que en el medio hay señales positivas, como el uso de regalías para investigación, esto no se traduce todavía en oportunidades laborales para doctores en la industria.
Diana Carvajal, directora de intermediación laboral de Colfuturo, dice que uno de los problemas es que los doctores viajan el exterior, pierden sus contactos y les es difícil ubicarse laboralmente al volver a Colombia. Si bien las universidades públicas tienen convocatorias abiertas, las nuevas plazas son limitadas, mientras que en las privadas el proceso es más cerrado y se basa en redes de trabajo.
En 2011, Colciencias abrió una convocatoria para la vinculación de doctores en empresas de diversos sectores. Fueron seleccionados 23 candidatos para trabajar en empresas como Argos, Empresas Públicas de Medellín, Quala y la Fundación Cardioinfantil, entre otras. A pesar tener resultados positivos, hasta este año no se había realizado una convocatoria similar.
El capítulo 4 de la convocatoria 617 de 2013 tenía el mismo objetivo, pero esta vez incluía empresas, universidades y centros de investigación. Era un escenario atractivo tanto para los doctores como para las instituciones que los acogerían: los doctores planteaban un proyecto para desarrollar en una institución durante tres años y Colciencias financiaba una parte significativa del salario.
El primer año Colciencias pagaba hasta $6 millones del salario del investigador, y el segundo y tercer año pagaba 75% y 50% de esta cifra, respectivamente. Esto beneficiaba a las instituciones porque podían vincular personal de alto nivel con una inversión pequeña y a los Ph.D. porque les daba la oportunidad de trabajar en Colombia en su especialidad.
La convocatoria de inserción laboral tenía un plazo de dos meses, que se cumplían el 31 de julio, pero fue cancelada a la mitad del plazo, porque en ese momento no había nadie inscrito.
Según Colciencias, los fondos que se usarían en inserción laboral fueron destinados a financiar más estudios de doctorado. El Espectador contactó al departamento administrativo para pedir explicaciones adicionales sobre la decisión, pero no obtuvo respuesta.
Hace unos días los rectores de ocho universidades de la ciudad de Medellín redactaron una carta dirigida a la directora de Colciencias, expresando su inconformidad. Están preocupados porque consideran que cancelar la convocatoria debilita la ciencia a nivel nacional, cierra oportunidades y reduce la producción científica.
“La convocatoria de inserción laboral es la oportunidad perfecta para que Colciencias coseche los frutos que con tanto esfuerzo ha sembrado”, concluyen.
Para Yuley, armar una propuesta para tres años en un plazo de dos meses es muy ambicioso, pero cancelarla llevando un mes no tiene justificación. “Igual, todavía no se había cerrado la convocatoria”, añade.
En el momento de la cancelación, Yuley tenía el borrador de una propuesta y un acuerdo con la Universidad Nacional para estudiar fenómenos biológicos en las desembocaduras de los ríos Magdalena y Orinoco. Faltaba empezar las gestiones jurídicas y presupuestales con la universidad.
Esteban, por su parte, estaba trabajando en la propuesta para continuar sus estudios en baterías de litio, enfocados en almacenar más energía y acelerar los procesos de carga. La fecha límite para presentar la propuesta para el estudio interno de la Escuela de Ingeniería de Antioquia era el 19 de julio, más de 10 días después de la fecha de cancelación.
Con esta puerta cerrada en Colombia, el futuro laboral de Yuley y Esteban es incierto.
Yuley está decidida a volver a Colombia, e incluso rechazó un puesto de investigación en California. Dice que para muchos de sus colegas es difícil entender las razones de su regreso. “(En Colombia) no voy a ganar lo mismo que me ganaría aquí y muy seguramente la calidad y los recursos van a ser más difíciles de conseguir, pero es mi casa”.
Por: Santiago Ortega Arango *
* Profesor en la Escuela de Ingeniería de Antioquia, Fellow in Global Journalism en la U. de Toronto.
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