jueves, 21 de marzo de 2013

Presidente, lea mi cartica

ORIGINAL: El Tiempo


Andrés Hurtado García 

Ese amasijo de ríos que son el Orinoco, el Atabapo, el Guaviare y el Inírida. Este inmenso territorio riquísimo en agua y rico en flora, fauna y etnias debe ser declarado Territorio Ramsar

Ante todo, mis respetos, señor Presidente de la República. Ahora sí, mis cavilaciones. Hace mucho tiempo, en esta misma columna, dije que usted iba a tener graves problemas por su talante de querer dar gusto a todo mundo. Eso no es gobernar; eso es caer bajo el imperio del sabio refrán que dice: el que es amigo de todos no es amigo de nadie. 

Asistimos, entonces, a un hecho político curioso, poco frecuente; sufre usted "oposición" desde opuestas fronteras. Un senador y un exmandatario, uno de izquierdas y otro de derechas, vomitan "tuits" todos los días contra usted, de ocho a doce y de dos a seis, y parecen hacerlo con acrimonia, con ganas de j... y no con ganas de, como quiere una oposición seria, lograr que las cosas mejoren. 

Se diría que ellos quieren que usted fracase, y si usted fracasa, es el país y somos todos los que fracasamos. La popularidad de su oponente de derechas es que no trata de ser amigo de todos, sino de lo que él cree que es lo justo. 

No estoy diciendo que yo esté de acuerdo con él. Me apresuro a aclarar. Usted le dice a todo mundo que sí, y el sabio gobernante debe decir muchas veces no

Usted comenzó muy bien porque exponía planes maravillosos. Recuerdo uno especialmente importante para el país y para el mundo: que se iba a acabar la explotación maderera en la selva. Todos nos alegramos, saltamos en una, una pata, dicen. 

¿Qué ha pasado? Nada. Siguen los peruanos y los comerciantes acabando con la madera de la Amazonia. 'Selvas se quedan sin los árboles más antiguos', publicó Javier Silva Herrera en este mismo periódico hace 15 días. Reproducía el periodista un informe científico. "Colombia está perdiendo 66 especies maderables" es la triste conclusión. 

No tengo espacio para detallar muchos ejemplos como el anterior de su falta de decisión y de entereza a la hora de ejecutar. Ahora el país y el mundo, sí, el mundo, estamos expectantes ante lo que va a ocurrir con uno de los depósitos de agua más grandes del planeta, que es la conjunción de cuatro ríos inmensos y muchos pequeños en la Estrella Fluvial del Sur. 

Se trata de ese amasijo de ríos que son el Orinoco, el Atabapo, el Guaviare y el Inírida. Este inmenso territorio, riquísimo en agua y rico en flora, fauna y etnias, debe ser declarado Territorio Ramsar. Esta es una institución mundial que estudia y ayuda a proteger las "matas" de agua más importantes de la humanidad. Aquí no se ha podido porque usted, señor Presidente y el Minminas, al que por este motivo llamé "Mienteminas" el 24 de julio del 2012 en esta misma columna, no han querido. 

Le recuerdo, Presidente, sus incongruencias al respecto. En Puerto Inírida usted dijo, refiriéndose a los problemas de esa región, que la "minería es criminal". Y no ha habido forma para que Minminas dé el visto bueno para la declaratoria Ramsar. 

Si usted es consecuente, llama al ministro Rengifo y le dice una palabrita al oído y problema solucionado. Pero usted juega a dos bandas, a la minería irresponsable y al respeto al medio ambiente. 

Tengo en mi poder la resolución del ministro Rengifo que, aunque no es vinculante, aconseja no declarar territorio Ramsar a esta región porque hay potencial minero. Para miles de colombianos, tanto el ministro Rengifo como usted van a quedar inscritos en el muro de la vergüenza medioambiental, con copia a todas las organizaciones del planeta, de la ONU y de la Unesco, si priman las mineras irresponsables sobre el agua. 

Presidente, estamos a la espera: ¿qué decide? ¡Redímase ante el país!

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