miércoles, 11 de julio de 2012

Colciencias necesita conciencia

ORIGINAL: El Colombiano
10 de julio de 2012









En toda la literatura hay reportes de los países que han generado desarrollo a partir de la Ciencia, Tecnología e Innovación. Con los ejemplos de los "Tigres Asiáticos", una creería que no hay necesidad de justificar el apoyo gubernamental a la inversión en actividades innovadoras.

Por eso, no se entiende que el Gobierno Nacional no sea coherente con los compromisos y metas suscritos a comienzos del presente gobierno. Así lo hizo público el director de Colciencias, doctor Jaime Restrepo Cuartas, quien renunció a su cargo manifestando que "no existe un respaldo real del gobierno a Colciencias".

Colciencias nació en 1968, como institución del Estado encargada de la política pública de Ciencia y Tecnología. Luego, a comienzos de la década de los 90, se adscribe al Departamento Nacional de Planeación. En 2009, con la Ley 1286 pasa a ser Departamento Administrativo, o sea que se equipara a un Ministerio.

Desgraciadamente, la evolución en las formas que ha tenido la institucionalidad de Ciencia, Tecnología e Innovación en Colombia, no ha significado coherencia con recursos económicos o herramientas jurídicas. Hay que politizar y socializar los temas claves para el desarrollo, pero eso también implica financiar.

Para este año el presupuesto de la entidad es de 420.000 millones de pesos, y aunque los planes de gobierno hablan de aumentar la inversión nacional en Ciencia, Tecnología e Innovación. En 2013 el presupuesto será de 350.000 millones. Para rematar, el Gobierno no ha sancionado el decreto de reestructuración para que Colciencias pase de 123 a 269 funcionarios, que está desde hace un año en la Presidencia.

Lo que se manifiesta en el calvario que es la aprobación de un proyecto o el desembolso de recursos. ¡Eso puede tardar hasta 2 años! Y ni hablar de la respuesta a informes finales o de aplicar a una convocatoria padeciendo el sistema que se bloquea en los días límite para el envío de proyectos.

La legislación en la materia debe evolucionar, para permitir modelos de transferencia tecnológica Universidad-Empresa-Estado. Nuestra Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación requiere de "dientes" para ser más orgánica, desarrollar una ciencia regional y permitir la generación de modelos de transferencia tecnológica, como la creación de empresas a partir de resultados de investigación en las universidades.

Así como tener roles en las universidades como el de profesor-investigador-emprendedor, que permitan producir bienes y servicios de alto valor agregado. Nuevas disposiciones que reconociendo el carácter transferible del conocimiento, dispongan los recursos de la universidad para la transferencia tecnológica.

Igual sucede con los marcos jurídicos en Propiedad Intelectual. Aún estamos lejos de las tendencias mundiales en protección de software , o en negociaciones en productos y servicios de alto valor agregado. Ni hablar de los procesos de gestión de riesgos en contratos de actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación que permitan "curarse en salud" cuando se suscriben millonarios acuerdos.

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