ORIGINAL: El Tiempo
Por: DANIEL VALERO
Foto: Ilustración: Julio César Penagos
Proyecto de ley coincide con decisión de no permitir que Patarroyo utilice monos en experimentos.
Un fallo judicial, que obliga al inmunólogo Manuel Elkin Patarroyo a abandonar sus investigaciones con monos nocturnos, y otro que indica que los animales tienen dignidad y no deben sufrir tratos crueles abrieron de nuevo la discusión sobre su uso con fines científicos y académicos. (Lea también: Revocan permiso a Patarroyo para usar monos en lucha contra la malaria).
Esta controversia pasará ahora al Congreso por cuenta de un proyecto de ley que impulsa el Partido Verde, para prohibir todo tipo de investigación con animales vivos en cualquier nivel de formación, así sea para fines educativos o didácticos.
La propuesta del senador Jorge Londoño, titulada 'Estatuto para la protección animal', está pendiente de surtir primer debate en la Comisión Quinta del Senado después del 20 de julio próximo.
El artículo 14 del texto es el que, por sus alcances, prendió las alarmas entre los docentes e investigadores del país:
"Queda prohibido a profesores y estudiantes de todas las instituciones educativas en los niveles preescolar, básica, secundaria, media y superior utilizar animales en sus actividades de enseñanza. En las instituciones de educación superior queda prohibida, igualmente, la utilización de animales con fines didácticos, educativos o de aprendizaje, cuando por esa causa se pueda derivar sufrimiento, lesión o muerte".
Se pretende "limitar el maltrato animal", explica Londoño, a través de la "reducción de la investigación científica con animales" y, para ello, aseguró, hay métodos alternativos.
En el parágrafo del polémico artículo 14 se indica que será responsabilidad del Ministerio de Educación promover entre estudiantes y docentes el "uso de modelos alternativos en docencia como simuladores, modelos virtuales, zoológicos virtuales, entre otros centros de investigación y docencia".
También se busca que "los laboratorios privados limiten sus investigaciones con animales", según la propuesta de Londoño. Solo se permitiría el uso de bioterios, que son lugares en los que se imitan ambientes naturales para criar animales con fines de investigación y enseñanza. (Siga este enlace para leer: 'Si cierran laboratorio, no habrá vacuna contra la malaria': Patarroyo).
Entre científicos y docentes el proyecto despierta expectativa porque, de manera taxativa, prohíbe el uso de animales en investigaciones y procesos educativos, lo que, a juicio de varios expertos, limita su ejercicio profesional.
Un proyecto de esta naturaleza debe tener "excepciones" para que no limite el desarrollo de la investigación, fue el comentario que le mereció al doctor Raúl Cuero, Ph. D en Microbiología. Cuero es docente en instituciones estadounidenses y considerado actualmente el científico colombiano más importante.
El investigador le dijo a EL TIEMPO que "en países como Colombia, donde la brecha científica es mucho más grande frente a naciones industrializadas, se requiere tener flexibilidad y algunas excepciones", en la medida en que "las leyes no pueden ser extremas porque afectan el desarrollo científico y cognitivo". Según él, se debe implementar un "control de la permisividad", pues los métodos virtuales pueden limitar la capacidad de invención.
"Uno de los problemas con los estudiantes de Estados Unidos que emplean imágenes virtuales -asevera Cuero- es que los ha hecho disminuir la creatividad real, sin desconocer que lo virtual también es bueno. Para crear hay que tener experiencia y práctica".
Rechazo de la academia
El proyecto, en sectores académicos, ya ha comenzado a generar rechazo. Por la Universidad Nacional tomó la vocería el profesor Jesús Cortés, director del Bioterio de Veterinaria, quien dijo que "prohibir el uso de animales para la educación de personas afecta las tareas de docencia, investigación y extensión". Pero reconoció que esta "es una oportunidad grande para aterrizar la legislación en el uso y cuidado de animales".
"Este proyecto nos restringe -sostiene Sergio Linares, director del departamento de Salud Animal de la Universidad de Caldas-, particularmente a los docentes. Hay un punto en el cual es indispensable que el estudiante entre en contacto con el animal, porque, de lo contrario, estaríamos formando veterinarios enfocados solo en animales virtuales".
El profesor defendió los bioterios, porque tienen protocolos claros de manejo del dolor y bienestar, pues, de lo contrario, se alterarían los resultados de los estudios. En la práctica, hay comités de bioética previos a cada investigación.
Luis C. Villamil Jiménez, médico veterinario, decano de la facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de La Salle, estimó que "los biomodelos (animales para estudio) se rigen con normas internacionales y son absolutamente necesarios, aunque la investigación está tratando de depender cada vez menos de ellos, reemplazándolos con cultivos de células".
"En las instituciones de educación superior también se mantienen bovinos, equinos y porcinos para la producción de leche y carne con fines de docencia, y bajo la normativa propuesta esto se vería perjudicado -arguyó Villamil-. Somos conscientes de que estos aspectos se deben normar, pero con lógica clínica, médica y bienestar animal".
Por la sensibilidad y los alcances prácticos que tiene esta propuesta legislativa en materia científica y académica, se prevé que su contenido será materia de una amplia discusión en el Congreso de la República.
Bioéticos, un tema difícil de decidir
Una disciplina que se ha encargado de estudiar la correcta conducta del humano con respecto a la vida es la bioética, que tiene un punto de vista sobre el proyecto de ley del Partido Verde.
José Edwin Cuéllar Saavedra, bioético de la Universidad Javeriana, afirma estar dispuesto "a apoyar esta iniciativa", porque es importante "no generar sufrimiento a los animales".
"Una cosa, por ejemplo, es enfrentarse a operar un perro, y otra es maltratarlo o herirlo para después sanarlo; eso no se debe aceptar",opina Cuéllar Saavedra.
El bioético de la Javeriana reconoció que lo difícil es "resolver en la práctica" métodos que permitan hacer investigación científica sin generar dolor y sufrimiento a los animales.
"El tema -agregó Cuéllar- es muy controversial, y lo lleva a uno a preguntarse cómo hacen los médicos que no son veterinarios: ¿hieren a un humano para poder practicarle una cirugía?".
El llamado, dijo, es a llevar el debate más allá del Congreso, especialmente hacia centros los académicos, para hallar caminos que permitan el avance científico y que no desemboquen en un maltrato a los animales. "Es una decisión de la institución de buscar alternativas frente al sufrimiento que se le pueda causar a un animal", precisó.
Con información de Andrea Linares
Daniel Valero
Redacción Política
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