ORIGINAL: MasVerdeDigital
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, encabezó esta semana la celebración del Día Mundial del Ambiente en su país y, como anfitriona de la próxima Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20, instó al mundo a “crecer, incluir y proteger”.
En esa frase la jefa de Estado resumió los objetivos que deben primar en la Conferencia Río+20, que desde su punto de vista debe apuntar a promover políticas de crecimiento económico volcadas a la promoción social de los más pobres, pero asociadas a prácticas de desarrollo que ayuden a preservar el ambiente.
Rousseff hizo un detallado repaso de los avances registrados en Brasil en materia de protección de la biodiversidad y puso especial énfasis en la reducción de las tasas de deforestación amazónica que se han registrado en el país desde 1988.
En coincidencia con el Día Mundial del Medio Ambiente, del que Brasil es anfitrión este año, se conoció un informe oficial según el cual la Amazonía brasileña perdió 6.418 kilómetros cuadrados de selvas entre agosto de 2010 y julio de 2011, lo que supone la menor área para ese período desde que se comenzó a medir ese indicador, en 1988.
Según Rousseff, quien anunció la creación de dos nuevos parques nacionales, la ampliación de otros tres, y diversas medidas de apoyo a los pueblos indígenas, Brasil “es uno de los países que más avanza en la protección de su biodiversidad y la construcción de un modelo de desarrollo sustentable”.
En un contexto más global, la presidenta alertó de que la crisis financiera puede ser usada como“excusa” para profundizar modelos de desarrollo basados en mayores agresiones al medio ambiente e instó al mundo a “no permitir” que “triunfen esos argumentos”.
La jefa de Estado brasileña afirmó que, en este momento, “con parte de la humanidad en crisis”, es “fundamental discutir nuevos marcos de desarrollo que articulen medio ambiente, crecimiento económico e inclusión social”.
Citó informes de la ONU que alertan sobre la posibilidad de que en un futuro cercano se agudicen la escasez de agua y alimentos a nivel global y sostuvo que “no se puede permitir que la crisis generada por los excesos de ganancias del gran capital sea excusa para perder aún más el control sobre los recursos naturales”.
Por su parte el director ejecutivo del PNUMA coincidió con Rousseff y afirmó que “el cambio climático es real, es un peligro para las sociedades” y además “amenaza” la seguridad alimentaria y los ecosistemas “como nunca antes en la historia”.
Según Steiner, “las respuestas elaboradas en el pasado no han resultado en soluciones a futuro”, por lo que la conferencia Río+20 debe ser considerada por el mundo como el inicio de un debate que conduzca a compromisos “serios” y “definitivos”.
En su opinión, “un resultado de Río+20 que no aborde la pobreza y no lleve a modelos económicos de no agresión al medio ambiente no será satisfactorio para nadie”.
Fuente: EFE, Agencias
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