“Hace un tiempo atrás, para muchos en Colombia, era una ciudad que parecía imposible”, nos cuenta Elkin Echeverri sobre su ciudad, Medellín, que en 2013 fue nombrada la más innovadora del mundo. Allí forma parte de RutaN, una de las organizaciones que ha ayudado a la ciudad a reinventarse y a utilizar la innovación como herramienta clave de una transformación que no para.
¿Qué podemos aprender de esta ciudad y su modelo de innovación?
En una charla brindada en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington DC hace un par de meses, Elkin, gerente de planeación y prospectiva de Ruta N, nos contaba parte de la historia de transformación de Medellín y el rol que su organización ha tenido desde su creación hace 7 años.
“Ruta N es el resultado de lo que la ciudad venía haciendo hace unos 10 o 15 años, y básicamente es un articulador que busca hacer posible el tránsito hacia una sociedad donde la innovación sea generadora de bienestar y desarrollo económico. Esa es nuestra meta, es nuestro norte que definimos como sociedad. Por eso justamente se llama Ruta N”, explica Elkin.
La Corporación Ruta N es una organización pública sin fines de lucro que pertenece a la alcaldía de Medellín y su propósito principal es mejorar la calidad de vida de los habitantes a través de la innovación. Para ello desarrollan una serie de actividades que facilitan la evolución de la ciudad hacia negocios más intensivos en ciencia, tecnología e innovación, dinamizando el ecosistema de innovación y promoviendo una cultura innovadora.
Una de las iniciativas que apoya Ruta N es el Distrito de Innovación de Medellín que busca convertir al norte de la ciudad en un ecosistema de innovación que concentre a ciudadanos, emprendedores, compañías e instituciones para impulsar proyectos dentro de la economía del conocimiento. Foto: Ruta N
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Claves de éxito de Ruta N
Pero, en el contexto actual donde innovar ya no es opcional para nuestra región, ¿cuáles han sido las claves de éxito de Ruta N? Por un lado, Elkin nos comentaba que para que suceda el cambio hay que trabajar contra la inercia del sistema y no necesariamente con el choque, sino hasta si se quiere hackeando el sistema.
“La palabra hackear es un poco difícil, no es una palabra nativa pero cada vez se entiende más en el sentido de modificar el sistema casi sin que el mismo se dé cuenta. Entonces a veces hackear el sistema significa plantar semillas, poner programas a correr en paralelo y mostrar que están funcionando bien. Hackear es como inventar un espacio donde la resistencia del status quo no sea tan aplastante que no te deje hacerlo, pero que permita que florezca algo. Y una vez que eso florezca la gente vea que sí funciona, que lo que se está haciendo es interesante y se plieguen a ello”, reflexiona.
Asimismo, otro aspecto fundamental es su capacidad de trabajo público-privado, que se refleja desde el diseño institucional de Ruta N. Es decir, es una institución que siendo totalmente pública opera con una lógica mixta incorporando aspectos de gestión del sector privado, y en cuya junta directiva conviven representantes de ambos sectores.
“Sus creadores la concibieron claramente como una corporación independiente. Que sea pública pero no se la puede mantener en el mismo sistema público, porque o si no ese mismo status quo la va a absorber. Es bonito que el mismo sector público haya dicho bueno listo créelo, pero que sea independiente, una corporación de ciencia y tecnología que pueda hacer unas cosas diferentes a lo que hace la administración pública regular, pero que se apoye en la ley de ciencia y tecnología del país. Igualmente, el hecho de que fuera una entidad de segundo piso y no de primero, para no convertirse en una más que entraría a competirle a las que existían en ese momento. Y la idea no era competir, sino articular lo que existe y construir lo que falta para que el resultado sea mayor”, agrega.
En una breve entrevista que nos concedió al finalizar su presentación en el BID, Elkin Echeverry –en su inconfundible acento paisa– habla de las ciudades innovadoras, de cómo proyectar un ecosistema de innovación por diseño, algunos elementos clave para la formulación de políticas públicas, la importancia de involucrar a los ciudadanos, y el desafío de conectarse con otras ciudades y ecosistemas a nivel regional.
"¿Y tú que piensas? ¿Pueden otras ciudades inspirarse en Medellín y Ruta N?"
ORIGINAL: IADB.org
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