INVIERNO
Ha pasado un año y cinco meses desde que comenzaron las fuertes lluvias, que se agravaron con el fenómeno de la Niña. Semana.com le cuenta qué ha pasado con las diez emergencias más importantes registradas desde el 2010.
Viernes 9 Septiembre 2011
Desde abril del 2010, Colombia comenzó a sentir los efectos de las lluvias, que se agravaron con la llegada del fenómeno de la Niña. La situación desbordó la capacidad de reacción de los organismos de emergencia, de los gobiernos nacional y departamental, así como de los ríos y suelos que no soportan el exceso de agua y tampoco el abuso de la mano del hombre.
La tragedia comenzó hace un año y cinco meses y los problemas humanitarios, sociales y económicos no se superan. Con este panorama, el país se enfrenta a la segunda temporada de lluvias del 2011, que si bien no será tan fuerte como la de julio o noviembre del año anterior, sí pone al país en un inminente riesgo de vivir más inundaciones y deslizamientos de tierra.
Tragedias como el alud de tierra en Bello (Antioquia), la falla geológica que acabó con el casco urbano de Gramalote (Norte de Santander) y la ruptura del canal del Dique (sur del Atlántico) están próximas a cumplir un año. ¿Qué ha pasado con su población y reconstrucción? Semana.com hace un corte de cuentas de las emergencias más grandes del último año, causadas por el invierno.
Gramalote, el pueblo que volverá a nacer
El 17 de diciembre del 2010 una falla geológica, sumada al invierno, borró del mapa a Gramalote, en Norte de Santander. Las 1.500 familias que habitaban en el casco urbano del municipio perdieron sus viviendas y hoy viven dispersos en barrios de Cúcuta y en los municipios de Santiago, El Zulia, Lourdes y Salazar.
Sus habitantes están a la espera de los subsidios y de la construcción de cerca de 1.400 viviendas, una vez sea escogido el lote en donde se asentará el municipio. Hay dos opciones y hasta el momento no se define la ubicación del nuevo Gramalote. Esta decisión, según la ministra de Vivienda, Beatriz Uribe, será tomada a finales de septiembre de este años por la misma comunidad.
La reconstrucción de Gramalote es la primera prueba de fuego del andamiaje institucional del invierno. Es el primer proyecto aprobado por el Fondo de Adaptación, para el que se adjudicaron 87.000 millones de pesos y la primera tarea es la compra de 100 hectáreas de tierra. Se esperan construir 35 kilómetros de nuevas vías y si bien el proceso está en curso, "las tareas tienen que avanzar con mayor celeridad", dijo el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras.
Útica y la amenaza de ‘La Negra’
El 18 de abril del 2010 una avalancha destruyó 123 viviendas y dejó 1.050 afectadas. Veinte años atrás ocurrió una avalancha similar, por eso no es la primera vez que se plantea la idea de trasladar al pueblo.
Útica (Cundinamarca) está en la lista de poblaciones que, según Colombia Humanitaria, deberían reasentarse en otro lugar, aunque esta idea no la comparte el alcalde del municipio, Marcel Hernández, para quien “no será necesaria la reevacuación”.
El Gobierno considera que al menos el 60 por ciento del pueblo sí tendrá que trastearse; todavía existe el riesgo de desbordamiento de las quebradas Teorema y Negra, aledañas al casco urbano.
Según el gobernador del departamento, Andrés González, una de las obras importante es la construcción de un dique que evite que la quebrada Negra ingrese de nuevo al departamento.
El sector privado se ha sumado a los esfuerzos de reconstrucción. El director de Cafam, Luis Gonzalo Giraldo, anunció que la reconstrucción de este municipio (en materia de vivienda) es prioridad de la caja de compensación y que varias empresas privadas han atendido también ese llamado.
Universidad de la Sábana se blinda
El semestre pasado, cerca de 9.000 estudiantes de la Universidad de la Sábana tuvieron que recibir sus clases en colegios y universidades vecinas. El invierno inundó más del 90 por ciento de los predios de este campus ubicado en el municipio de Chía.
Luego de las obras el pasado 25 de julio, La Sábana volvió a la normalidad. Sin embargo, las directivas de la universidad se preparan para la nueva época de lluvias que anuncia el IDEAM.
El proyecto principal apunta a fortalecer el jarillón de dos kilómetros que protege a la universidad del río Bogotá y que se rompió en dos oportunidades: en abril y mayo del 2011. En este momento existe un contrato con la firma Soletanche Bachy Cimas para adelantarlas; la idea es proteger la institución por los próximos 100 años y para eso se usará tecnología holandesa.
La apuesta de la Sábana por vivir en armonía con el río Bogotá no será fácil, pues esa zona ha sido “inundable” por décadas. Con los estudiantes se hizo una siembra de más 11.000 árboles para fortalecer la ronda del río y las obras de fortalecimiento del carillón avanzan a mayor ritmo ante la amenaza de una temporada de fuertes lluvias.
El dragado del Río Bogotá, la tarea de Cundinamarca
La recuperación del río Bogotá ha sido una tarea aplazada por décadas. La necesidad de intervenirlo se hizo evidente en la pasada temporada invernal: el desbordamiento de su cauce provocó el caos vial y dejó cientos familias damnificadas en Villapinzón, Chocontá, Suesca, Gachancipá, Tocancipá, Cajicá, Chía, Soacha, entre otros.
En mayo, se estableció que el dragado debía hacerse en cinco puntos críticos. Ante la nueva temporada de lluvias, 12 dragas trabajan permanentemente para extraer del río toneladas de sedimentos. Según la CAR, las inversiones para mitigar los riesgos del sistema hídrico del departamento actualmente son de 17.794 millones de pesos.
Según la Gobernación de Cundinamarca, el 80 por ciento de su territorio está en riesgo de volver a inundarse. Las operaciones de dragado seguirán hasta diciembre, pero sigue la preocupación por los 42 municipios ubicados en las cuencas alta, media y baja del río Bogotá.
Las lluvias del último año y cinco meses dejó 68.000 afectados, 4.818 viviendas fueron destruidas y 80 mil hectáreas de pastos, bosques y cultivos afectados por las lluvias.
Ubaté: La tragedia lechera
En Ubaté, muchos se sorprendieron cuando el municipio se comenzó a llenar de avisos que solicitaban predios en alquiler en lo alto de la montaña. Las inundaciones llegaron a tal punto que ya no había sitio para las vacas en uno de los pueblos con mayor producción lechera del país. Cerca de 7.000 bovinos tuvieron que ser reubicados y 98.000 estuvieron en peligro de morir de inanición.
Recientemente, el alcalde de Ubaté, Richard Pabón, pidió ayuda: 10.000 hectáreas de tierra inundadas amenazaban el eje de la economía de la la cuenca de la laguna de Fúquene.
“Se ha hecho muy poco para lo que hay que hacer”, afirmó José Félix Laufaurie, presidente de Fedegan, uno de los líderes gremiales que más ha urgido la construcción de las obras.
“Hay que profundizar la canalización de los ríos y dar solución a los aliviaderos. Sin haber limpiado esas zonas, el impacto de un nuevo invierno podría ser dramático”, dijo.
Canal del Dique: el Atlántico sigue con agua
En el sur del Atlántico las obras avanzan luego de que la fuerza del agua del río Magdalena rompió 214 metros del Canal del Dique. El departamento aún no se recupera de la tragedia que comenzó el 30 de noviembre del 2010.
Se calcula que al sur del Atlántico ingresaron 2.300 millones de metros cúbicos de agua, de los cuales –según la Gobernación del Atlántico– faltan por evacuar 120 millones de metros cúbicos, tarea que sin lluvias tardará tres meses más con las 24 macrobombas que trabajan en las labores de desagüe..
El tramo de la carretera-dique que se rompió se construyó de nuevo y su paso está habilitado. Atlántico es uno de los departamentos que más críticas ha recibido por algunas deficiencias en atención humanitaria, causado por problemas de logística y por la lejanía de los lugares a los que debía llegar la ayuda.
Los municipios de Manatí y Santa Lucía siguen con agua y sus viviendas llevan nueve meses inundadas. En el departamento, 6.700 viviendas serán reparadas. 2.700 reconstruidas y 1.300 más reubicadas por estar en zonas de alto riesgo (para un total de 10.700).
Hasta la fecha no se ha hablado de trasladar municipios o pueblo enteros, pero sí manzanas o grupos de viviendas. Las familias de 1.300 viviendas no han podido regresar y permanecen en albergues temporales. Otras 3.750 reciben subsidios de arrendamiento.
San Francisco, el otro Gramalote
El 13 de agosto a las 9:00 a. m. 1.527 viviendas del barrio San Francisco, en Cartagena, se destruyeron por una falla geológica, sumada a las frecuentes lluvias. La emergencia, más grande que la de Gramalote, tuvo un antecedente en noviembre del 2010, cuando por el invierno se derrumbaron 200 viviendas.
En total, 2.360 familias quedaron sin donde vivir. El Gobierno se comprometió a reubicar a 2.195 de ellas a través de los proyectos de vivienda que se realizan en la ciudad amurallada. Por eso, el ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial hizo un llamado para que se agilicen las obras del macroproyecto Ciudad Bicentenario.
La reubicación de otras 550 familias quedarán bajo la responsabilidad de la Alcaldía de Cartagena. San Francisco se caracteriza por ser un sector pobre, con problemas de hacinamiento, inseguridad y embarazo adolescente.
El proceso –advirtió a ministra Beatriz Uribe– “será largo”, pero será la oportunidad para cambiar las condiciones de estas familias que por años vivieron en esta zona por siempre considerada como vulnerable.
Bello sigue vulnerable
El alud de tierra en el sector de Calle Vieja, del barrio la Gabriela, en Bello (Antioquia) dejó el mayor número de muertos: 82 personas. La tragedia ocurrió el 5 de diciembre del 2010 y a punto de cumplirse un años, las familias afectadas viven donde familiares o en arriendo subsidiado por el Gobierno.
El secretario de gobierno del municipio, Diego Muñoz, admite que tuvieron problemas para entregar los subsidios de arrendamiento, que fueron superados. Después de un censo, la administración encontró que de las 320 familias afectadas, 216 cumplían los requisitos para continuar recibiendo esta ayuda, decisión que llevó a los otros afectados a interponer acciones populares.
En la actualidad se construye un proyecto habitacional que permitirá entregar 320 viviendas a familias afectadas. Sin embargo, el número es pequeño comparado con las 5.000 viviendas del municipio que deben ser reubicadas por estar en zona de alto riesgo.
Entre otros inconvenientes que ha tenido la población afectada es que pese a perder sus viviendas, recibieron el formulario para pagar el impuesto predial.
La Virginia, Risaralda, con serios atrasos
El agua de los ríos Cauca y Risaralda inundó el municipio La Virgina (Risaralda) y dejó a cerca de 16.000 afectados. Es uno de las zonas en donde las obras están atrasadas, en particular en la construcción de 3,3 kilómetros de jarillones (que no ha empezado), así como el dragado de los ríos, e impedir nuevas inundaciones en la segunda temporada de lluvias del 2011.
Según Colombia Humanitaria, el departamento ha recibido, 5.040 millones de peso para reparación de vivienda y 874 millones de pesos para arriendos. 7.116 familias han recibido ayuda humanitaria.
La secretaria de Planeación de La Virginia, Olga Patricia Vanegas, aseguró en una entrevista con el diario El Tiempo, que el municipio no se preparó para la segunda ola invernal. "En lo que tiene que ver con recuperación no se aprovechó la época de verano. Todo se retrasó por trámites para que llegaran los recursos y por la contratación de obras. Hay que aclarar que los recursos llegaron a la Gobernación y eran ellos los encargados".
Carreteras bajo observación
El panorama del estado de las vías es complicado y no será el mejor para esta nueva temporada de lluvias. Según el ministro de Transporte, Germán Cardona, diez departamentos tienen vías críticas que se verán afectadas por el invierno, como Antioquia, Caldas, Caquetá, Cauca, Chocó, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Santander y Tolima.
Están identificados 17 puntos críticos en la red de carreteras colombianas. Según Cardona, el invierno del último año dejó 716 sitios con problemas, es decir uno cada 16 kilómetros.
Las vías más vulnerables son:
-Antioquia: Troncal de Urabá, Los Llanos–Tarazá–Caucasia y Barbosa– Cisneros.
- Eje cafetero: Pereira–Apía–Santa Cecilia y Puente La Libertad–Fresno,
- Norte de Santander: Ocaña–Sardinata–Cúcuta.
- Cundinamarca: Honda–Villeta.
- Boyacá: Duitama–La Palmera, Chiquinquirá–Tunja, Duitama–La Palmera– Presidente.
- Santander: Bucaramanga–San Alberto, Los Curos–Málaga.
- Putumayo: Mocoa–Pitalito,
- Nariño: Pasto–Mocoa.
Aunque se han hecho trabajos de rehabilitación, sigue la preocupación por los efectos de las lluvias en el corredor Honda-Villeta, sector Honda-Guaduas, que tiene el paso con algunas restricciones. También hay permanente monitoreo sobre la vía que de Bogotá conduce a Manizales, una de las más afectadas por el invierno del último año.