Una segunda fase de adecuaciones en infraestructura se presentó en la Sede de Estudios Ecológicos y Agroambientales Tulenapa, un escenario natural con grandes potencialidades para la investigación universitaria. Con esta sede, ubicada en Carepa, la Alma Mater sigue demostrando su compromiso con la región de Urabá.
Karen Atencia dedicó su día a las hormigas cortadoras, conocidas popularmente como “arrieras”. Habla con pasión de ellas: que construyen sus casas subterráneas con dimensiones de hasta 10 metros cuadrados; que son incansables trabajadoras; que la jerarquía mediante la cual organizan sus colonias es estricta.
Karen es estudiante de último semestre de biología y ya cumple cuatro días escudriñando los caminos por los que esos insectos, a lomo, transportan su comida. Los ha medido, ha tomado fotografías, las ha perseguido hasta esos árboles que las incansables arrieras se han empecinando en desvalijar.
Como Karen, otros estudiantes de biología de la Universidad de Antioquia han llegado hasta Tulenapa. Se les ve caminar sigilosos, con binoculares y cámaras fotográficas al cinto, buscando, observando, anotando. Llevan sombreros que los protegen del sol implacable de Carepa; llevan botas para sortear su viaje al interior del único parche de bosque tropical estacional de tierras bajas que se encuentra conservado en la planicie de Urabá.
Fue en el 2010 que Corpoica le entregó formalmente a la Universidad de Antioquia 193 hectáreas. Allí, durante muchos años, esa corporación adelantó investigaciones y experimentación para la agroindustria de la región y el país. La promesa de ese entonces era que esos terrenos se convirtieran, con el tiempo, en el más grande laboratorio natural de la Alma Mater.
La promesa se está cumpliendo. El 24 de enero del 2014 la Universidad presentó la segunda fase de adecuación de la que ha pasado a llamarse Sede de Estudios Ecológicos y Agroambientales Tulenapa. Con una inversión total que supera los 1.800 millones de pesos, la obra contempla
Karen Atencia dedicó su día a las hormigas cortadoras, conocidas popularmente como “arrieras”. Habla con pasión de ellas: que construyen sus casas subterráneas con dimensiones de hasta 10 metros cuadrados; que son incansables trabajadoras; que la jerarquía mediante la cual organizan sus colonias es estricta.
Karen es estudiante de último semestre de biología y ya cumple cuatro días escudriñando los caminos por los que esos insectos, a lomo, transportan su comida. Los ha medido, ha tomado fotografías, las ha perseguido hasta esos árboles que las incansables arrieras se han empecinando en desvalijar.
Como Karen, otros estudiantes de biología de la Universidad de Antioquia han llegado hasta Tulenapa. Se les ve caminar sigilosos, con binoculares y cámaras fotográficas al cinto, buscando, observando, anotando. Llevan sombreros que los protegen del sol implacable de Carepa; llevan botas para sortear su viaje al interior del único parche de bosque tropical estacional de tierras bajas que se encuentra conservado en la planicie de Urabá.
Fue en el 2010 que Corpoica le entregó formalmente a la Universidad de Antioquia 193 hectáreas. Allí, durante muchos años, esa corporación adelantó investigaciones y experimentación para la agroindustria de la región y el país. La promesa de ese entonces era que esos terrenos se convirtieran, con el tiempo, en el más grande laboratorio natural de la Alma Mater.
La promesa se está cumpliendo. El 24 de enero del 2014 la Universidad presentó la segunda fase de adecuación de la que ha pasado a llamarse Sede de Estudios Ecológicos y Agroambientales Tulenapa. Con una inversión total que supera los 1.800 millones de pesos, la obra contempla
- la adecuación de tres laboratorios básicos para física, química y biología,
- dos aulas de clases cada una con una capacidad para 40 personas,
- nueve aulas para pequeños grupos de investigación y de posgrados,
- áreas administrativas, técnicas y de servicios.
Esta nueva dotación mejora un espacio que en los últimos años ha sido anfitrión del conocimiento, no sólo de estudiantes de la región que cursan los programas ofrecidos por la institución en dicha sede y las sedes vecinas, sino también de estudiantes de Medellín que realizan salidas de campo en sus diferentes cursos. Una de ellas es Karen, la embelecada con las hormigas.
Joya natural
Uno de los investigadores pioneros de este centro de estudios es el biólogo Juan Felipe Blanco. Él fue testigo del proceso de donación de este laboratorio vivo a la Universidad, por eso no duda en llamar “joya natural” a esa vasta extensión de tierra.
Alberto Uribe Correa, rector de la Alma Mater.
Sergio Fajardo, gobernador de Antioquia.
Agapito Murillo Palacios, alcalde de Carepa
“Es tal vez el bosque más viejo que podamos encontrar en cientos de kilómetros que comprenden la planicie costera de Urabá", dijo el coordinador y profesor asociado, programa de posgrado en Biología. Esto implica que hay árboles de tres o cuatro metros de diámetro, y más de 20 ó 30 metros de altura. "No podemos decir que es un bosque virgen porque al estar rodeado de ese mar de plantaciones de banano está siendo influenciado por aspectos como la fumigación de químicos, pero es un bosque maduro, que posiblemente tenga más de 50 años”.
Esa riqueza natural no sólo implica un compromiso ético de la Universidad con el medio ambiente, sino también una posibilidad única. “Tenemos el último bosque, llamémoslo maduro, saludable y lluvioso, de la planicie costera. Si dejamos que se acabe o no lo estudiamos, estamos desperdiciando la oportunidad no sólo para potenciar su uso con fines de investigación y docencia, sino también para entender lo que tienen y pueden ofrecen a las comunidades y al sector productivo”.
Precisamente, además de las nuevas instalaciones, el otro reto de Tulenapa es la pertinencia investigativa y académica. Allí hay cultivos experimentales de banano, cacao, pasturas tropicales y árboles frutales —y hubo de yuca y fríjoles—. Dichos cultivos permiten hacer pruebas sobre los procesos agroindustriales particulares de cada producto, como la siembra o los esquemas de fumigación. También son áreas de reservorio genético, como es el caso del cacao fino.
De acuerdo con Blanco, actualmente se están desarrollando investigaciones en Tulenapa que permiten aprovechar toda esa riqueza natural, enfocadas a
- estudiar las aves migratorias que vienen de Norteamérica y hacen su parada en este bosques tropical;
- también un inventario de árboles en parcelas permanentes mediante el cual se le está haciendo seguimiento a su crecimiento;
- otros proyectos sobre polinización de plantas y lombrices; y
- se espera hacer también estudios microbiológicos del suelo.
Aula abierta
Para Juan Felipe Blanco, Tulenapa representa también un aula abierta. Desde hace 2 años se han venido desarrollando allí las actividades académicas de varios programas que ofrece la Universidad en la región. La Licenciatura en Matemáticas y Física, que corresponde a la sede de Apartadó, e Ingeniería Agropecuaria, de la sede de Turbo, son dos de ellas.
Además, ha sido escenario de prácticas de diversos programas de Medellín y Urabá, como los encuentros del la Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra, una experiencia educativa que en diciembre de 2013 graduó a 67 indígenas de diversas etnias, entre ellos a varios tules, una comunidad que habita la zona de Urabá y a la que, justamente, se le hace honor con el nombre de la sede Tulenapa.
Con la presentación de la nueva infraestructura, llegará también, en febrero del 2014, el programa de Entrenamiento deportivo, que cuenta con registro calificado del Ministerio de Educación para la sede de Estudios Ecológicos y Agroambientales en Carepa. La oferta de ese programa no es gratuita, pues la región de Urabá le ha dado a Colombia destacadas glorias del deporte.
Los estudios ecológicos y agroecológicos, hacen parte también de ese propósito de la Institución de llevar programas pertinentes para las regiones de Antioquia. “En Urabá en este momento tenemos tres sedes y una en construcción. No podemos tener una sede en cada municipio, pero la estrategia es involucrar a todos los alcaldes”, explicó Gómez.
De esa manera, municipios del norte de Urabá, como San Pedro y San Juan de Urabá, podrían apoyar a sus estudiantes para que se desplacen hasta las sedes ya existentes. De igual forma los del norte, como Vigía del Fuerte y Murindó.
“Siempre hablamos de una Seccional Urabá con varias sedes. Porque lo que estamos tratando es que todos entiendan que no significa que la Universidad es de este o aquel municipio, sino que tenemos una mirada regional. Eso implica un esfuerzo de todos los alcaldes”, advirtió Gómez.
Información relacionada
La transformación de Tulenapa
Como parte del proyecto de adecuación de la Sede de Estudios Ecológicos y Agroambientales en su Segunda Etapa, se realizaron reformas y mantenimientos del Edificio de Laboratorios, con una inversión en obra de: $ 1.518.546.362 y en interventoría de: $ 64.772.228, más una adición de $ 325 millones de pesos. Conozca en esta infografía cómo se transformó este espacio.
ORIGINAL: Universidad de Antioquia
por Pedro Correa Ochoa - UdeA Noticias
24 de enero de 2014
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