El Leucocytozoon quynzae es el primer hemoparásito (parásito de sangre) encontrado en colibrís en el mundo y el primero encontrado en aves residentes en tierras altas en Suramérica. Este acercamiento fue hecho en zona de páramo en el Parque Nacional Chingaza, en alturas que van desde los 2.900 hasta los 3.100 metros sobre el nivel del mar.
Nubia Estela Matta Camacho, directora del Grupo de Caracterización Genética e Inmunología de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, señala que antes de estos estudios se creía que este microorganismo solo se encontraba en tierras bajas y fuera de los trópicos, en lugares como Estados Unidos, Canadá, Rusia y el norte de Asia.
El grupo de investigadores lleva una década en este proyecto, el cual tiene financiación de Colciencias y de la Universidad Nacional.
“Los científicos creían que no existía el parásito en el neotrópico, pues allí encontraban aves migratorias, pero no aves residentes infectadas. Se creía que no había el vector (insecto) que hiciera el trabajo de picar y contagiar”, señala.
Ante ese panorama, los investigadores de la Universidad Nacional (UN) de Colombia se inclinaron por aprovechar las cadenas montañosas de Colombia en las que se encuentran los páramos, propios de países tropicales, donde también hay pájaros residentes y migratorios.
Ahí se capturaron aves, entre ellas el colibrí y los paseriformes, aprovechando que en Chingaza hay mucha riqueza de este tipo de pájaros. “Los colibrís son aves muy carismáticas con su vuelo y sus colores; llaman la atención y son el foco de diversos estudios, además se encuentran solo en América y hay una gran variedad en Colombia”. Para descubrir el parásito era necesario tomar sangre de las uñas del ave y analizarla con estudios morfológicos y moleculares.
En total fueron recolectados alrededor de 87 colibrís de 11 especies diferentes, de las cuales cuatro salieron infectadas; también se tomó información de 576 pájaros que tenían otros microorganismos, pero ninguno relativo a esta investigación.
“En tierras con gran altitud, el hemoparásito es propio de colibrís”, concluye. El Leucocytozoon en las zonas reportadas del mundo es transmitido por el Simulium, un insecto que se encuentra en zonas bajas, se convierte en vector y transmite el parásito.
“Junto con la profesora Ligia Moncada, encontramos que en las cadenas montañosas de los Andes se distribuye un insecto llamado Gigantodax, el cual creemos que podría ser el que transmita el Leucocytozoon quynzae”, afirma Nubia Matta Camacho.
No termina la búsqueda
A pesar de la importancia científica de este hallazgo, la investigación no termina aún, más cuando no se ha reportado efecto alguno en las especies contagiadas. Matta afirmó que todo lo contrario sucede en Europa y América del Norte, en donde el Leucocytozoon es considerado una peste porque ha atacado aves de galpón como patos y pavos.
Asimismo, la académica aclara: “Todavía no sabemos qué le hace al colibrí, porque lo que hacemos es cogerlo, tomar su muestra de sangre y liberarlo. Para conocer los efectos hay que hacerle seguimiento luego de infectarlo, pero mantener un colibrí en cautiverio es muy complicado”.
Dada esta dificultad, Matta Camacho profundizará en el tema. “Vamos a hacer infecciones experimentales con otros pájaros, ya que con el colibrí solo se puede hacer el seguimiento de la población. De igual forma, desde el grupo se están analizando qué factores ecológicos afectan la transmisión de parásitos en Colombia, como el tamaño del pájaro, el tipo de nido, entre otros.
DiCYT
ORIGINAL: Ecoticias
Enviado por: ECOticias.com / Red / Agencias,
20/12/2013
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